Monday, December 31, 2012

El ultimo de 2012

Ha sido un buen año, un gran año…
Se cierra el capitulo y hemos de dar vuelta a la pagina. Las remembranzas iniciaran con lo primera madrugada de 2013 seguramente. Las alegrías y tristezas, los logros y los descalabros, las experiencias ahí están; ahí se quedan. Son ya pasado, que no puede ser bueno o malo, el pasado es, simplemente. El aprendizaje es el que nos sigue y se dejara ver en las acciones que a partir de hoy empecemos a vivir.
Ya muchos hemos publicado los resúmenes de nuestras rodadas, las clásicas “top-ten” y todo eso, por eso ya no quise hoy saturar el ciber-espacio con más “compendios” o “sumarios” de lo rodado o lo no rodado. Eso ya lo hemos estado compartiendo en el ínterin, y con mucho gusto podemos volver a revivirlo con solo unos clics en el navegador o un poco de esfuerzo neuronal en nuestros cerebros. Hoy me queda haber disfrutado una rodada en el último día calendario de 2012.
Una rodada repasando un camino conocido con amigos, en momentos platicando, en otros resoplando, en otros simplemente disfrutando del paisaje o quitándonos el sudor de los ojos o el polvo de la cara. Y entre todo el esfuerzo, entre pedaleada y pedaleada, compartiendo un grato momento de rodar en la montaña. Yendo hacia arriba, yendo hacia abajo, trastabillando en la zanja o resbalando sobre la pomácea arena de nuestro bosque.

Y luego de rodar, a unos minutos únicamente, un gran regalo, al menos para mí… un día de cabañuelas, un día de esta lluvia pertinaz cubriendo con su manto de frescura esta ciudad que a veces no atina a disfrutar el momento y su lugar. Pero bueno, para mi fue un gran regalo de fin de año… como un agradecimiento del mismo 2012 a que lo hayamos dejado terminar… y así, como la filosofía misma de la vida, cuando vuelva a salir el sol por nuestro oriente, saludemos al 2013 y simplemente volvamos a empezar, volvamos a intentar disfrutar en lo cotidiano, en lo mundano y como no, rodando un nuevo año hacia el horizonte y mas allá…. (Oh buzz light year!, filosofo de juguetería)

Sunday, December 23, 2012

Al inicio del Baktun 14


Hoy tuve oportunidad de salir a rodar. Y fue un logro, porque estuve a poco de no levantarme. Pero la voluntad de regresar al bosque, de probar nuevamente la nueva alumínica en una ruta que ella no conocía me llevo a la cumbre del cerro de Planillas(2,250 msnm), mas conocido por la Torre 1 (En el +. A 700 metros por encima de la altura media de la ciudad de Guadalajara(~1,500 msnm).

La “Green”, mi nueva bicicleta, se porto a la altura, creo que hasta dio mas de lo esperado, para apoyar a este, su jinete, que tenia varias semanas sin rodar en forma por esos lares y al que al inicio le estaba cobrando la ausencia. Pero juntos seguimos avanzando y al punto de llegar a la cima, no pude menos que tomar algunas fotos desde la torre.
Como diría mi hermosa compañera de vida, claro que el mundo no podía acabarse… basta ver estas tomas:

 









Felices fiestas!!! Seas cristiano, judío, musulmán, budista, taoísta… la neta el Creador no le toma mucha importancia a nuestras “etiquetas”…

Ro

Friday, December 14, 2012

a donde te llevara la bici este fin de semana?


Diciembre ya esta en pleno, y el frillito esta pegador. Suena tentador quedarse en cama hasta que el sol este arriba, muy arriba… pero hay una verdad también, y es que rodar en el frío del invierno es una de las más energizantes actividades que conozco.

Espero que ustedes encuentren las ganas para brincar fuera de la cama, tomar su poderosa alumínica y encuentren un sendero por trepar, una brecha que reconocer, una calle que surcar…












Buen fin de semana!

Ro

Monday, December 3, 2012

Mas alla del color


Pocas experiencias humanas guardan tanta sencillez y a la vez magnificencia como el rodar en la montaña. Para muestra basten las siguientes imágenes…


 Un recodo en el camino. Un simple momento dentro de la rodada cuando el día apenas inicia. Una esquina entre el valle y las colinas, un sendero que se ensancha y se convierte en camino ancho, flanqueado por árboles que extienden su sombra y nos recuerdan que el invierno se cierne ya y no tarda en cubrirnos con su manto de frescor.


Un puente que esta ahí desde hace más años de los que yo recuerdo. No sé exactamente si la ruta llegó cuando el puente, o fue el puente el que llegó a la ruta. Creo que ahora pocos nos damos cuenta de lo especial de este puente, tan sencillo, tan corto y aún así sea uno de los elementos clave de la ruta más emblemática en el bosque la Primavera. Forma parte intrínseca de “la Mosca”. Cruzarlo montado en la bici no lleva más de 2 segundos, pero decidirse a hacerlo está más allá del tiempo. Por eso, las más de las veces lo cruzamos a pie.



Un descanso en el camino. No sólo para recuperar el aire, no sólo para tomar un refrigerio. Cuando realmente amas al bosque, estos momentos son rituales de agradecimiento. Son momentos en los que recordamos que somos invitados simplemente. No somos más que el bosque, no somos los que mandan en la ruta. Somos los que descubrimos el camino que el mismo bosque ha permitido que descubramos. Somos los afortunados depositarios de su grandeza y su belleza. Somos una mota de polvo de estrella en un universo más allá de lo que podemos abarcar.
  

Por ultimo, un par de invitados en ese día, disfrutando de este regalo que siempre esta ahí, pero que sólo en algunos momentos nos damos el tiempo de disfrutar.
Rodando en una mañana, cuando estamos ahí, descubrimos la maravilla de vivir, descubrimos la humildad de ser humano.


 Ro

Saturday, November 24, 2012

El ciclismo como solucion


Esto del ciclismo es simplemente una solución para revalorar nuestra esencia humana. Los hechos hablan por si mismos, mi experiencia lo confirma. Formo parte de un grupo de amantes de la bicicleta, de las rodadas. Nos encanta salir a rodar, ya sea en solitario o en grupo. Compartimos la magia de los senderos, las mañanas frías, las tardes soleadas, siempre compartiendo parte de nuestra vida en esos cachitos de tiempo.
Luego de mi amarga experiencia de que me robaran mi bicicleta, los amigos y compañeros  estuvieron aquí, solidarizándote con mi perdida y hasta ofreciéndome alguna bicicleta en préstamo mientras pudiera recuperar mi medio de transporte. Esas palabras de apoyo, muestras de empatía, buenas vibras son las que, estoy seguro, me ayudaron a encontrar los medios para en poco tiempo, volver a las rodadas. Y luego de esto, algunos de estos amigos y compañeros en la vida, vienen y me obsequian algo de lo que ellos tienen, eso para mi no tiene palabras para agradecerse.
Es por esto que digo que el ciclismo bien puede ser fundamental y darnos las herramientas para, ahora si, hacer de nosotros mejores. Siempre dicen los que se creen los “guías” o “autoridades y dirigentes”, que están para hacer de este mundo uno mejor… ¡señores! , este mundo ya era un mundo mejor. Antes del petróleo, de la industria indiscriminada, de la pavimentación sin sustentación… No es momento de buscar un mundo mejor, sino de dar a los humanos las herramientas para regresar al equilibrio con nuestro entorno.
Basta ya de crecer como población de manera inconsciente e impulsiva. Al inicio si, los pueblos y pequeños reinos necesitaban una “producción” de humanos para crear los ejércitos, pero ahora ya no necesitamos armadas o tropas, necesitamos seres humanos pensantes que sepamos distribuir las abundantes riquezas.  Y ¿Qué tiene que ver esto con el ciclismo? Mucho… aquí va:
Rodar es hablar de eficiencia, ¿o no?, cuando rodamos buscamos la posición corporal que mas aporte a la energía y que a la vez oponga menos resistencia al aire. Buscamos detenernos lo menos posible, porque la parte que nos exige más energía es el arranque.
Rodar es un balance entre las necesidades personales y la de los que te acompañan. Compartes la ruta, disfrutas los mismos paisajes, el polvo, el sol… pero nadie rueda tu bicicleta por ti, cada quien tiene que invertir su esfuerzo para estar en la rodada.
Rodar es compartir el camino, es ser tolerante. No es abolir el uso del automóvil, es hacer de ese uso, un uso consciente y medido, sin abuso y sin el falso concepto de desarrollo o “status quo”. El automóvil, tiene sus ventajas y sus fines, pero ¿para que conducir un auto preparado para el desierto o las praderas heladas, si vas simplemente por las tortillas a tres cuadras de tu casa? ¿Para que usar el automóvil para llevar al imberbe adolescente que va a la preparatoria, si el muchacho puede tomar el camión para llegar y de paso aprender a conocer la ciudad y cuidarse por si mismo? Así pues, vamos guardando el auto cuando no es necesario y aprovechemos lo que la propia naturaleza nos ha aportado, nuestros brazos y piernas y la energía para movernos por nosotros mismos.
Rodar es aprovechar el espacio, en donde estacionas un auto, puedes estacionar ¿Cuántas? 15 bicicletas, y aparte pudieran ser 15 personas que tendrían menos riesgo de padecer una enfermedad producida por sedentarismo a futuro.
Y aparte de todo, es disminuir la bruma contaminante, es retirar de la atmosfera químicos y gases que no deberían de estar ahí y que empiezan a estropear nuestra vista, y nos impiden ver la belleza y la realidad de que este mundo, ya es un mundo mejor!

















Ro

Thursday, November 22, 2012

Volviendo a rodar


Después de algunos días, tuve la oportunidad de adquirir nuevamente una bicicleta. Estamos conociéndonos mi bici y yo como dirían por ahí…
Y haciendo caso a mi hermosa mujer, el tono de este post va mas por el lado de “Hello boys!, I’m baaaack!!!!

No se mucho tiempo pero si se marco un hito en mi experiencia biclcleteril (je,je, estoy de estirar al español e inventar palabras es divertido…)

Fue un periodo en el que busque nuevo vehículo, se cerró un círculo durante el cual realmente me inicie en esto de las rodadas. Ahora tengo algo más de conocimiento de la causa. Ya no es una moda, creo que nunca lo fue para mí. La consciencia de los beneficios siempre ha estado ahí, pero el gusto por buscar mi nueva alumínica, la emoción de cuando niño (que no infantil) al estar viendo y preguntando sobre si la suspensión, que los frenos, que el grupo incluido en la bici, que si es rígida o con doble suspensión, que si frenos “V-Brake” o de disco.
He de aceptarlo, fue sentir esa sensación de cuando niño y se acercaba la navidad. Y me quedo pensando, porque perdemos esa capacidad de disfrutar cada pequeño detalle ya no en la vida, sino a cada día.
Por eso hoy que ya vuelvo a rodar, que ya culebreo en las calles de la ciudad y veo la genuina felicidad de los que me rodean al decirme “que chido que ya tienes bici” o escuchar a mi hijo decir “¡papi felicidades por tu nueva bici!”, simplemente me queda disfrutar estas lagrimas de emoción que tímidamente se asoman en mis ojos mientras escribo esto. Volteo y me veo en este mundo, en este momento, y ya no solo disfruto la espera de volver a rodar en la brecha, disfruto el ahora que de lo malo pude, junto con todos, generar algo bueno, algo muy bueno….

Ah, les presento a “Green”:



¡I’m baaaaaaack!

Friday, November 16, 2012

Mas alla de la bici


Ya se fue, la arrebataron mas bien... alguien tomo algo que no era suyo y hoy seguramente se cree el chicho de la cuadra. No es más que un malandrín de poca monta y cobarde además, se esconden en la ignorancia, y el autoengaño. Más palabras ya no es necesario gastar en gente de estas...





Luego de lo acaecido, no me quedo más que continuar. Es necesario trasladarse y aun no tenemos el teletransportador del capitán Kirk y el Sr. Spock, asi que bueno, a caminar se ha dicho, a tomar el autobus, a aprovechar el transporte de personal de la empresa y la universidad, y si... a seguir pidiendo prestado el automóvil cuando es necesario.

Después del robo, de la frustración y el coraje, me seguí con la pregunta "porqué?", "que me esta queriendo decir la vida con esto?"... puede sonar iluso o hasta obsesivo, pero bien creo que ha valido la pena invertir en la respuesta o respuestas…

Para empezar, me encontré varias veces caminando y primero sintiendo simple nostalgia o comparando la velocidad de caminar con el de rodar… y me quedo con lo siguiente:
Quizás fue buen momento para poner atención…

  • Atención de cuidar lo que me gusta, lo que aprecio,
  • Atención de valorar nuevamente los detalles, la tranquilidad, la lentitud relajante de una caminata en la mañana.
  • Atención a la humildad que se escabulle por la ventana mientras manejamos y olvidamos que del otro lado de la lámina, los demás son iguales a uno.
  • Atención a la humildad que también se nos escapa, mientras rodamos en bicicleta y nos “alzamos” como salvadores del planeta o como “especiales” que merecen mas que lo demás, en lugar de recordar que la esencia del ser humano incluye ser un ser “social” en donde no vamos solos por la calle, la compartimos con el peatón, el motociclista, el camionero…
  • Atención simplemente a los siguientes metros que voy a caminar, a cruzar, a rodar… por que sin importar el medio de transporte, quien lo hace soy yo. Un ser humano, que como los demás, simplemente quiere llegar a donde va. 

Tuesday, November 6, 2012

Una bici robada

Que coraje tener que escribir este post!
Mi leal y noble bicicleta fue sustraida por una persona que no se si merezca ese sustantivo...
La robaron en el el área de chapalita hace no mas de 30 minutos! A un par de cuadras del seminario mayor de Guadalajara, en la calle la Merced... la deje en la cochera de la casa a la que llegue por unos minutos (y no estaba a la vista la neta...) pero 'mea culpa' no la amarre. en fin, aqui la foto de mi querida bicicleta:

Monday, November 5, 2012

Una rodada muy chida


Una rodada muy chida. Esta vez también deberé las fotos. Era algo tempra cuando salí de casa y me costó trabajo, era una mañana de esas que invitan a quedarse acostado un rato más, clareando ya, pero la ciudad cubierta por una espera capa de nubes que me exhortaba a volver a las calientitas sabanas. Así pues, me levanté sigilosamente, para que ni yo mismo me diera cuenta, monté tan de prisa mi bicicleta, que olvidé tomar la cámara fotográfica. Ya cuando me di cuenta iba unas cuadras rumbo al bosque, ni pensar en regresar, porque si no, ya no podría salir. Así que bueno, aquí estoy, con las únicas ilustraciones que mis palabras puedan proveer.
Ya comentaba que el día era ideal para salir a rodar, ojalá sea un anticipo de un fresco invierno en estas latitudes, “chilly” dirían los gringos, con una ligera llovizna que aumentaba la sensación de frío pero que no evitaba que rodar fuera gozar en esta mañana otoñal.
Luego de cuarenta y cinco minutos llegué a la puerta del bosque, donde varias decenas de colegas ya se alistaban para ir tras sus retos del día.  Algunos conocidos, otros de plano, nuevos rostros, pero ya como otras veces, con el ver como iban algunos llegando en su bici, algunos desmontándolas de sus racks del carro o simplemente sacándolas y empezando a armar sus monturas, uno empieza a sentir como la emoción va creciendo, los saludos y las arengas para arrancar nos van acelerando el pulso y apremiando a tomar ruta.
Yo localicé al Mannix, que guiaría la ruta designada para este domingo: Mosca, Toboganes, Brujitas y Torre 3 para regresar por hermosísima. Aunque yo no tomara toda la ruta, mi plan era al menos rodar hasta Brujitas. Pero se conjuntaron las circunstancias ya que no llegaban más convocados. En eso se acercaron otros dos conocidos nuestros, el Martinem y el PepePollo, con quienes ya había coincido en otras rutas de los Tequilas (Tequila Bike), y entonces  armamos nuestro grupo y nos lanzamos en cuarteto tras una “ruta a la medida”, como dijo el Mannix.
Como les decía, no hay como rodar en un clima que se nos regalo este día. Un tímido sol que cedió su protagonismo a una cubierta nubosa y a un fresco viento que nos estuvo acompañando durante toda la jornada dominical. Empezamos rodando la clásica Mosca, con su contraparte “el Garrison”, íbamos los cuatro  pero formando un grupo de grupos que concordamos en rodar la misma ruta a esa hora, calculo yo que entre 20 y 30 ciclistas íbamos rodando, en un tramo de un kilómetro.
Terminamos “el Garrison”, y nos enfilamos a “Toboganes”, aun íbamos rodando los cuatro, aunque Mannix tomó una variante de los Toboganes y nos rencontramos al final, en el “valle alargado”. Una muestra más de lo genial que es rodar en la montaña, vamos juntos, pero no revueltos, un camino es simplemente una forma de ver la ruta que cada uno va rodando. Cada quien es dueño de su camino, tenemos la referencia pero cada uno la sazona a su gusto, el esfuerzo es un común denominador, la intensidad cada uno la regula.
Terminamos Toboganes como cuarteto, y continuamos la ruta en duetos, Martinem y el PepePollo retornaron desde ese punto y Mannix y yo enfilamos a Brujitas. Una de las rutas mas hermosas que conozco en el bosque…. Je je, ¿creo que esto ya lo he dicho muchas veces no? en fin, es una bella ruta en lo más profundo de este bosque nuestro. Varios factores contribuyen a esto, pienso yo;  esta lejos de las rutas “publicas”, por lo mismo es poco conocida. Por la misma distancia, ya llegar aquí tiene su cuota de sudor, varios “columpios” filtran un poco más a los aventados. Mas ya estando ahí, en las veredas de Brujitas, la retribución es justa, silencio forestal, frescura en esta mañana gris que se llenaba de luz y paz mientras vamos rodando raudos, a ritmo, simplemente haciendo crujir alguna ramilla caída en el sendero o el zumbido de nuestras ruedas al pasar sobre la alfombra de hojas humedecidas por la lluvia nocturna. Luego de eso, nuestro paso solo se evidenciaba por el rumor dejado por nuestra invisible estela de viento que volvía a asentarse sobre troncos y animalillos escondidos en los arbustos y algunas ramas altas de los arboles. Ya se sentía que íbamos bajando cuando el corcel del Mannix trastabilló y ambos fueron a dar al piso, pero sin consecuencias. Eso permitió, que aminoráramos el paso y unos metros más adelante tomáramos la vereda escondida que nos sacaba de la ruta conocida de Brujitas y siguiéramos bajando por esta otra vereda… justicia sea dicha, mucha mejor que la ya conocida para efectos de seguir bajando sin necesidad de hacer pie a tierra. Y a la vez ir disfrutando de parajes y nuevos hermosos rincones de nuestro bosque.
Terminamos Brujitas y llegamos a “la puerta verde”. Punto que aprovechamos para tomar un refrigerio y un merecido descanso para hacer fuerza y luego de unos minutos emprender el regreso por todo el camino ancho (que luego se convertirá en Av. Mariano Otero)… no tomamos veredas o senderos por el tiempo que se avecinaba sobre mi (una visita en casa es buena razón para regresar a tiempo). Pero lo que pudiera ser un tedioso regreso se convirtió en una sabrosa platica sobre nuestras “rilas”.  Excelente ruta Mannix, que grata compañía Martinem, Pepepollo, tantas veces compartiendo las veredas y uno no termina de conocer y reconocer a los amigos. Ni siquiera, terminamos de conocer el bosque, siempre hay una nueva faceta de estos rincones, que simplemente piden dejarlos seguir brindando lo que con tanto gusto ofrecen, vida, tranquilidad, gusto y satisfacción de poder vivir!
A rodar!

Saturday, October 27, 2012

Buenos recuerdos....


El otro día me preguntaron: ¿Cuánto llevas rodando? Y yo fácilmente dije: Así en serio, en serio, en la montaña? Como ocho años…
Chas, que fácil se dice: ¡Ocho años! Y hoy que me meto a un fólder con imágenes, y tómala que me encuentro con fotos de hace ya varios años…
Cuánto recuerdo, cuánto lo rodado, cuánto lo aprendido, cuánto lo compartido. Veo esta foto en la que monto mi primera bicicleta de montana, realmente adquirida con ese objetivo, no como una bicicleta para las tortillas o solo ir al parque… una leal y noble GT con una suspensión tan dura que parecía rígida, pero no lo sabia hasta que la cambie, je, je. De esa bicicleta, creo que solo queda el alma, primero creo haberle cambiado, claro, las llantas y uno o los dos rines, luego de varios meses de trajín. Luego, creo que le cambie los cambios, si! Tenia solo 24 velocidades y los cambie por un grupo de 27 velocidades. Luego, recuerdo que trono el cuadro!, la famosa "palanquita plateada", que en esta bici aun no venia como una parte extra, y cuando se me rompió el desviador, se rompió también la esquinita del cuadro que soportaba el desviador, lo podía soldar pero ya no era seguro que resistiera... así que tuve que cambiar el cuadro completamente... por mi actual Java Moka, a la que ya le he cambiado, desviador, mandos, frenos, mazas, mas rines, mas llantas... así que partes van y vienen, el alma queda... 
Aquí en la foto, con el Fer y el Paúl  regresando los tres de una de las memorables subidas a Bugas, no recuerdo si fue la primera vez que llego Paúl a la cima.

Y en la siguiente toma, una de aquellas rodada en la sierra de Tapalpa, en algún punto de la "perrona", en los alrededores de Atemajac de Brizuela y Juanacatlán...Charly, Paco y creo que yo...

Viene luego una toma en blanco y negro, en donde sale a relucir la genialidad de lo que es rodar. En ocasiones el blanco y negro ayuda a resaltar no los colores o, si el paisaje era bonito, muestra la magia de alguien sobre su bicicleta, la silueta del contorno, el camino en su visión más abstracta y más puntual. si sube o baja, eso es secundario, lo notorio es el camino y que éste esta siendo recorrido. No importa si fue ayer o hace meses, porque el color no se ha decolorado, la luz no se ha opacado, así el esfuerzo no se ha disminuido, ese siempre es, y siempre sera... para subir siempre habrá que tensar los músculos  jalar aire, sin importar si hace sol o llueve, siempre hay que seguir pedaleando.
Y así puedo seguir recordando mucho de lo rodado, mucho de lo vivido, mucho de lo que hemos compartido, afortunadamente cada vez entre más nuevos amigos...qué tal esta toma?

Ahora somos algunos más....

Tuesday, October 23, 2012

Visiones

A lo largo de varias rodadas, uno sin querer va reuniendo recuerdos. Muchas veces esas imágenes son hasta cierto punto privadas, esto porque se quedan grabadas en nuestra memoria, solo pueden salir a través de nuestra propia descripción y la interpretación de nuestra narración por parte de nuestro interlocutor. Pero en ocasiones nos damos el tiempo de cargar con una cámara y dedicamos algunos segundos para tratar de atrapar ese recuerdo que el camino nos regala. Son instantes que no duran mucho, y que seguramente no volverán a repetirse en los eones por venir. Cada uno tendrá su propia carga de luz, de color, de sonidos y sentires. Las siguientes imágenes, quizás no muestran en primera instancia todo ese bagaje de magia que yo percibí al momento de oprimir el botón de captura, pero es un buen acercamiento a esos momentos que en algunas de mis rodadas han teñido mis recuerdos y mi alma…



Este amanecer por ejemplo, cuando la noche se iba retirando y este majestuoso encino se alzaba orgulloso, sobresaliendo de entre varios pinos y robles. Fue una ruta fresca, con un viento que se escurría entre los pliegues de mi jersey, como un primer aviso del otoño que ya esta aquí a la vuelta de la esquina.




O que tal esta, rodando en una de las partes mas septentrionales del bosque La Primavera. Aquí ya el sol nos alcanzo a Roberto Orozco y Pepe Preciado. Este podría llamarse el valle largo, es donde terminan los toboganes, y de donde uno puede escoger entre regresar, ir hacia la Torre de San Miguel, la ruta Brujitas o, como lo hicimos en esa ocasión  enfilar hacia Obsidianas, una bajada hacia los valles bajos del bosque y una ruta que apunta hacia Tala.

Generalmente no tomamos fotos de las paradas "no agendadas" en la ruta. Pero esta fue la excepción  precisamente bajando por "Obsidianas", le toco a Roberto pagar la cuota. Obsidianas se llama porque es una bajada que cruza vetas de esta hermosa, pero filosa roca a flor de piso. Afortunadamente esta ponchada no fue porque una piedra haya "rajado" la llanta, fue simplemente un "sneak bite", es decir, por el mismo peso, la llanta "mordió" la camara de la llanta, lo cual produjo el "ponchado"... una visión mas de lo que conforma una rodada en la montana.

Parte de las bellezas que uno ve en la ruta, ya sean días despejados o nublados. Aquí abajo a la izquierda, por ejemplo, una formidable vista del cerro de Tequila y los Valles que lo flanquean en sus faldas. Y por el otro lado, en un día cubierto de neblina, un detalle minúsculo con el que me tope por simple casualidad, en uno de los valles que cruzamos al rodar la mosca, me detuve a tomar la foto de unos caballos ocultos en la neblina, y me encontré con esta obra de arte de una pequeña araña.  Hermoso no? lo majestuoso se descubre en lo inmenso y en lo modesto, y todo al alcance de nosotros mientras vamos montados en la alumínica.



Bueno, creo que por esta ocasión me despediré con esta toma, de una avispa mañanera que se poso en un tronco a la vera del camino mientras cruzaba. Tan tranquila y apacible que me parecía tan inofensiva, hasta que recordé el piquete que una pariente de esta me propino hace unas semanas mientras cruzaba otro campo, en otro bosque, eso si, con la misma bicicleta que me lleva y me trae todavía.
Ro



Tuesday, October 2, 2012

Cuando algo falta


Era de esos días en que sabes que algo falta, pero no atina uno a descubrirlo. Es simplemente ese pensamiento elusivo que revolotea alrededor de nuestra conciencia y se esconde sin que podamos enfocarlo.

Aun así, emprendí la rodada muy temprano, y esta vez, desde casa. Un recorrido de unos 40 minutos, antes de realmente llegar al inicio de la ruta ese sábado. Tenía la intención de hacer el recorrido vía larga a la Torre 3 (alrededor de 60 kms...). Aunque no sabía porque no me convencía del mismo. Hasta que a la mitad de la subida al 8 ½, fue que surgió en mi GPS personal, la ruta que al menos minimizaba mi desazón. Realizaría la ruta larga, pero en sentido inverso. En lugar de tomar hacia Obsidianas (una bajada de ~30 minutos), para luego emprender la larga trepada desde la parte más baja del bosque hasta el cerro de san Miguel, en donde se alza la torre 3. 
Así pues, en lugar de dirigirme a Obsidianas, me seguí de largo por el “camino ancho” hasta la llamada puerta verde (a unos 13 kilómetros de Postes), de ahí iniciaría una empinada pero corta subida al macizo conformado por varios cerros que coronan en la torre 3. Iba yo bastante bien, mucho más tranquilo y con ese “grillito” ya silenciado en momentos por el propio palpitar de mi corazón, que seguramente estaba en una frecuencia alrededor del ochenta u ochenta y cinco por ciento. 


Lo noté cuando en uno de los tramos pedregosos, topé con una piedra, derrapé y tuve que detenerme… pup-pup, pup-pup, pup-pup, pup-pup…. Escuchaba yo, creí que un alguien tamborileaba, pero en milésimas de segundo, regresé a mi realidad y a mi momento, a la mitad de la trepada, en medio del bosque, era poco probable que alguien con un tambor estuviera intentando darme el ritmo para pedalear. Era mi corazón bombeando a todo vapor, irrigando al máximo mis músculos. Al terminar la trepada, no se ha llegado a la cima aún. Faltarían todavía unos cuatro o cinco kilómetros, para llegar a la meta. Aunque ahí, luego de esa magna trepada, viene el “descanso” de rodar por el lomo de un par de cerros antes de “atacar” el último trepadón. Es ahí, rodando el lomo bajo del cerro de san Miguel, cuando el silencio lo empieza a rodear a uno. Es un silencio que no te abruma, no te espanta, es un silencio que te cobija, que te envuelve en su tranquilidad y hasta cierto punto en su propia expectativa. Estas escuchando la delicia del viento acariciando la corteza de los arboles, el cuchicheo escurridizo de algún animal escondido en los arbustos, o tan solo el planeo de una hoja que en ese preciso momento decide desprenderse de su árbol para iniciar su propia aventura hacia el lecho del bosque.

Rodeado por esos pensamientos fue que llegué al entronque, que conocemos como el árbol (si, para los "no iniciados" suena absurdo que en medio del bosque exista un entronque inconfundible llamado “el árbol”, los invito a que conozcan este paraje, entenderán y su vida tendrá sentido, jeje). Pasé pues esta encrucijada de caminos en donde uno puede iniciar el descenso por el otro lado del cerro hacia el pueblo de Tala, veinticinco kilómetros al este y unos mil metros mas abajo, o seguirse hacia la famosa subida por obsidianas. 
En este momento mi meta no era hacia abajo, sino concluir la trepada y recorrer los últimos kilómetros. Iba con esa meta en la cabeza cuando ví pasar a un cuarteto de corredores, seguramente preparándose para una próxima carrera a campo traviesa, acabarían de perderse a mis espaldas cuando escuche el fatídico sonido “psssss…. pssssss…. pssssss”, pinchado!!... y no se sellaba mi llanta, eso quería decir o que la llanta pinchada o no era “tubeless” o simplemente ya no tenia liquido sellador, me detuve y confirmé que, efectivamente, la llanta, tendría que ser reparada…. Al parecer mi plan de regresar por Obsidianas tendría que modificarse, ya que no compré parches y únicamente traía una cámara de llanta de repuesto. No podía arriesgarme a sufrir un pinchazo más por el lado de Obsidianas, a quince kilómetros del punto más cercano de apoyo. En fin, inicié la tarea de remplazar la cámara pinchada con la nueva, no sin antes agradecer haber comprado los desmontes (herramientas para desmontar la llanta del rin) de metal, con los cuales logré desmontar después de unos minutos de sudor y machucones de dedos. Retiré la malograda cámara y puse la flamantemente nueva en su lugar y oh sorpresa!... mi grillo interno, mi desazón regresó galopante con una carcajada sobre mis hombros cuando descubrí lo que había faltado… mi bomba de aire!!! Ahí a unos 17 kilómetros de mi punto de inicio, a unos tres o cuatro kilómetros de la torre 3, sin tener certeza de que en la torre hubiera un guardia o que éste contara con bomba para inflar mi flamante nueva cámara, ahí, me encontré a mí mismo, parado, viendo a mi alumínica con sólo una llanta rodable, mi conciencia queriendo recriminarme al encontrarme en esa situación. Y sí, yo mismo, también en franco camino a una autocrítica mas destructiva que positiva. Pero llegó mi amigo el silencio, y logreé callarme a mí mismo. Me encontré ahí de nuevo, sólo yo, con mi bici, y sin bomba de aire. Como dirían en el ámbito computacional, reiniciando sistemas, sopesando alternativas; continuar hacia arriba? Que serían, 40, 50 minutos a pie subiendo a la torre? Y si no había bomba de aire ahí?  Algún otro ciclista allá arriba? Poco probable por la hora. Regresarme e ir a Tala? Uhm, no. Muy lejos y sería solo para llegar y tomar un camión, que me regresaría a mi ciudad entrada la tarde. Regresar por donde vine? Quizás me topara con algún ciclista o al menos tendría mas probabilidades de encontrar ciclistas llegando al camino ancho, o quizás hasta alguna camioneta que pudiera llevarme de regreso a postes…

La mejor opción, pensé entonces, regresar por donde había venido, que al cabo era de bajada un buen trecho, y llegando al camino ancho, hasta pudiera trotar de regreso con mi averiada llanta desinflada. Así pues, enfilé por el lomo del cerro de san Miguel emprendiendo el regreso sin haber alcanzado esta vez la cima de la torre 3. Afortunadamente el propio bosque es mi gran aliado y evitó que mis propios pensamientos negativos cercenaran mi optimismo y me bombardearan con culpas. Recorrer a pie el bosque fue un gozo que no siempre se tiene. Iba rodando con mi bici a un lado, procurando que la llanta trasera no golpeara con demasiado ahínco sobre las piedras y en un momento dado mejor la cargué, parecía que podría avanzar mucho más rápido si la cargaba sobre mis hombros. Iba de esa manera cuando escuché el crujir de un tronco, me detuve en seco y llevé mi mano a mi cámara, capaz que hasta esta aventura fallida pudiera regalarme la visión de algún venado, un coatí, algún zorro o un coyote traspasando el camino, pero no. Son muy buenos estos animalillos para esconderse en sus terrenos. Igual, seguí con mi cámara preparada aunque continué mi camino, y miren que fue una dichosa vista la que tuve al llegar a la siguiente curva del camino… un par de ciclistas venían por el camino… “como están, traen bomba de aire?” – “aquí vamos, si, claro”, y acto seguido uno de ellos desmontó y me prestó su bomba de aire. Empecé a inflar mi llanta mientras platicábamos acerca de los olvidos y de las suertes. Conversamos acerco de lo bueno que fue que ellos iniciaran tarde su rodada, dado que sus compañeros no habían llegado ese día, fue que decidieron hacer una ruta larga, aunque ya iban tarde. “Que suerte para mí” pensé en mi interior. Que gusto saber que hoy aún se puede contar con los demás, que ellos confiaron en un anónimo pidiendo apoyo y que pude contar con su ayuda en un lugar donde generalmente no hay gente en kilómetros a la redonda. Al despedirme y dar las gracias, recibir sus buenas vibras y reiniciar mi regreso, ya rodando de nuevo fue que desterré por completo el enojo y la culpa por olvidar mi bomba de aire, si bien es algo que debo de tener más en cuenta para la próxima, no es ahí donde me debería de quedar. Re-significar un hecho a todas vistas negativo, y darle el valor que surge del apoyo entre quienes aún sin conocerse comparten el gusto por rodar, confiar en que la ayuda esta en camino, y que sólo necesitamos caminar hacia a ella en lugar de quedarse parados lamentándonos, no encabritarnos, o no quedarnos en el “encabritamiento”, sino, asumir las consecuencias y emprender camino, tomando la lección aprendida y guardarla en la mochila, creo que eso es lo que valió la pena en esta ocasión, y fue lo que le dió mas valor a la rodada no terminada, a torre 3.

Así bien, como decía, reinicié mi regreso, con mucha atención, ya que mis dos colegas habían continuado su propio camino hacia la cima, y yo no tenia la intención de pinchar de nuevo. Llegué al camino ancho y cuidando no pegar de lleno en alguna piedra (para no “morder” la nueva cámara) fui ganando confianza y velocidad… fui acercándome a rutas mas concurridas, hasta llegar a “estación bicicleta” (que en su momento merecerá uno o más blogs…) un nuevo sitio que busca hacernos ver que podemos disfrutar del bosque, compartir con él, sin tener que destruir o dejar huella indeleble de nuestro paso por él. En fin, ahí llegue y fue un oasis realmente. Habían muchos ciclistas que iban terminando sus rodadas, ahí aproveche para pedir nuevamente prestada una bomba de aire para terminar de inflar mi llanta, y por qué no? disfrutar de un sabroso café de olla, ahí en medio de los arboles, a un lado del camino, recuperando energía para el último tramo del regreso.
Así fue como rodé ese día, al final el balance fue positivo, quizás mucho más de lo que hubiera creído. Rodé casi cuarenta kilómetros en el bosque, más unos veinte en la ciudad, caminé entre uno y dos kilómetros en medio de mi bosque, conocí a gente nueva, pedí ayuda y pregunté por ayudar, rodé solo, pero acompañado. Porque gracias a la compañía de otros ciclistas fue que regresé mas temprano que tarde a casa.

Así que: a seguir rodando!

Ro

Thursday, September 27, 2012

Bugambilias

Una prueba...
Esta es la primera trepada a Bugambilias... menos de 2kms, pero a que par de kilometros! 105mts de diferenciacion de altura...
Y estoy probando "embeber" (que me quemen en la hoguera los de la real academia de la lengua...) esta tabla en donde varios ponen sus tiempos...

Ah!  yo no traigo GPS pero hoy cronometre 11:25 minutos... me falta saber como registrarlo, pero bueno, de vez en cuando, es bueno medirse...


Sunday, September 23, 2012

En blanco y negro y a color


No importa si es en blanco y negro o a color. El bosque es un sitio lleno de vida, cubierto de vida que llama a más vida a él. No es extraño entonces que mientras la masa arbórea siga sana, las lluvias seguirán llegando. Lo mismo podemos decir de los que gustan de disfrutar y gozar en la naturaleza. No importa que sea llevando nuestros rudimentos humanos, nuestra alta tecnología. Nuestra esencia humana se hace uno con el bosque. 
Tome la bici algún día hace ya varios años y descubrí como poder ensanchar mi mundo. Traje a este nuevo entorno a todos aquellos que prestaron oídos a mi voz y se sintieron curiosos de encontrar algo nuevo, tan solo para encontrarse a si mismos y nutrir su propia vida. 
Esta vez me encontré y compartí la ruta con viejos y nuevos amigos, con algunos conocidos y con algunos que nunca había compartido y que simplemente, tal vez no toque de nuevo ver. Pero en el breve momento en que cruzamos caminos, cada uno compartió con el otro algo de si. Unos sugiriendo la ruta, o el modo de sortear un montículo de piedras, y otros como yo, simplemente compartiendo mi visión, mi toma, mi forma de ver al bosque y de como lo surcamos.
Unos rodamos sin separarnos del suelo (al menos no voluntariamente) y otros como este buen a chavo anónimo, al parecer le encanta encontrar la rampa ideal, mientras yo buscaba la toma exacta.   
Y salieron a mi parecer estas buenas tomas, una en blanco y negro y otra color.













No importa eso cuando el entorno no se basa solo en lo visual, el bosque va más allá de solo la vista o el sonido, o el tacto. Esta por encima de sentidos, porque aunque algunos no lo acepten, tiene su propia alma, tiene su Espíritu. Que sabios eran nuestros antepasados cuando eran conscientes de ello y lo aprovechaban y gozaban. Que ignorantes somos nosotros cuando aparte de cerrar nuestros sentidos, queremos ponerle precio a un bosque… acaso podemos poner precio a nuestra alma? 



en serio...



Thursday, September 20, 2012

Cruzando y charlando

La mañana daba para aprovechar y así fue como un grupo de nosotros nos aventuramos ese día a cruzar por varias rutas en el bosque...
Entre los arboles y sorteando algunas grietas producidas por las ultimas lluvias, fuimos re-descubriendo algunas de nuestras queridas rutas, el ángel, la cebada o casitas. Eran antes de las 8:00am y ya llevábamos algunos minutos disfrutando del fresco amanecer. Platicando acerca de las brechas, de como sortear mejor una trepada o  algún  escalón  Aprovechando algunas de las bajadas, siempre con el cuidado de no tomar demasiado rápido una curva, que ahora con las piedrillas que se liberan con las corrientes de agua, se hacen la trampa perfecta para llegar al suelo sin la bicicleta. Afortunadamente esta vez no paso de uno que otro susto.

Casi terminábamos cuando encontré esta toma. Excelente muestra de lo chido de una rodada en grupo; poder aprovechar unos segundos y compartir algunas palabras con el colega que viene con nosotros, no se necesita decir mucho, no es necesario dilucidar algún trascendental tema filosófico o político, quizás simplemente detenerse unos momentos y voltear alrededor, compartir la brecha, la luz que se abre paso entre los arboles, el zumbido de algún insecto que inicia su periplo diario, quizás "viene rechinando el freno", "casi me caigo", "chida la ruta", "valió la pena la despertada", "tengo que llevar a engrasar mi baika" ... es la versatilidad  de poder disfrutar una rodada más.

o no?

Tuesday, September 18, 2012

7 soles rodando

Quise aprovechar esta foto para hacer un poco de retrospectiva...
Aquí aparecemos el buen Fer y yo mismo. Gracias a Liz por la toma.
Hace unos 7 años empezamos a compartir las rodadas, ya hace tanto que no recuerdo la fecha exacta, pero claro que recuerdo mis primeras andanzas en esto de la bicicleta de montaña. La paciencia de Fer para guiarme por las rutas, mientras lograba aprender los caminos... en las primeras trepadas, realmente no podía fijarme en el camino, mi memoria no registraba el "árbol de la mosca", los "escalones a mitad de Torre 1", el "descanso en la geotermia"... esas primeras rodadas eran orgullo mas que ver el entorno (como diría Paúl, jeje)... 
Y ver ahora, que nos acompañamos con tantos otros aventados, unos ya contemplando, otros aun moviéndose a base del propio orgullo, es un gusto sin igual. Y mas que eso, porque veo los beneficios que me ha dado el rodar y rodar, por la montaña, los desiertos, la selva, la ciudad... no lo hubiera logrado sin tanto amigos que de una u otra forma han estado aquí a mi lado, apoyándome, dándome tips, ayudando a arreglar una llanta, un desviador, una cadena... Así es esto, todos los recuerdos que llegan al mirar una foto de hace unos días... todos los retos que se vislumbran aun en los años por llegar. Pero con esta foto, queda natural, un gracias al buen Fer Sainz.

Salud!
Ro

Monday, September 17, 2012

Rincones del BLP


Una genial muestra de lo enriquecedor que es rodar. Hace unos días tuve oportunidad de compartir la ruta con varios colegas. La magia fue encontrarme en ciertos momentos rodando con la 
“vieja guardia”, por así decirlo. No por que sean los viejos, no todos, je je. Sino que rodé junto con quienes más tiempo he compartido las rutas en los últimos años… Fer, Ruben, Roberto, Liz. Y en otros momentos íbamos con Alex y Samuel, que son novatos que ya no son novatos, han ido acumulando kilómetros y experiencia sobre las ruedas. Y lo que dio el toque final, fue encontrarme ya de regreso, casi al final a un novato, novato… el buen Luis, que viene regresando desde hace años sin rodar y que mejor forma de hacerlo que rodar por primera vez en el Bosque la Primavera.
Fue un gusto poder compartir con todos esta rodada, es un regalo disfrutar del entorno, disfrutar el amanecer en medio del bosque y comprobar una vez mas la hermandad que surge entre los que rodamos, entre los que nos aventuramos por las brechas y los caminos simplemente por el deseo de hacerlo, por el gusto de encontrar rincones como los que Rober tomo durante esa mañana cruzando rumbo a Tala y regresando igual…





Saludos
Ro