Tuesday, July 31, 2012

La primera parte de 2012


Estamos ya de lleno en la segunda mitad de 2012, el tiempo pareciera ir rápido y no darnos tiempo para mirar lo realizado, siempre estamos empujándonos a nosotros mismos para seguir hacia adelante, más y más al que sigue. Si, claro… vienen las evaluaciones mensuales, pero creo que no les damos el valor real que se merecen nuestras acciones. Lei por ahí, que solo respetando y aceptando nuestro pasado podemos construir un futuro provechoso, y ni que decir de disfrutar el efímero presente.
Por eso me detengo en seco, y abro esta página para dedicarla a los pasados primeros meses de este formidable 2012.

Enero – con su menguado invierno en esta latitud, nos regalo mañana claras y con aire fresco en nuestro anhelado Bosque la Primavera, disfrutamos del inicio del cumplimiento de muchas promesas, vimos ir y subir a nuevos ciclistas, muchos de los cuales aun a estas alturas del año siguen rodando, que mejor!






Febrero – si recuerdo haber rodado, pero no tengo la evidencia grafica, algo que este año me ha preocupado menos, es el tomar fotos de todas y cada una de mis rodadas… pongo aquí una buena foto pero de Marzo 25, compitiendo en la pista de Agua Brava en el Bosque la Primavera, compartiendo pista con otros tantos, desde los niños hasta abuelos que se dieron cita, hombres y mujeres, claro, cada quien a su tiempo, cada quien en su turno. Una experiencia que se convierte en un termómetro de tus propias capacidades, una prueba a la voluntad y la tenacidad, no por llegar y obtener una medalla, sino por llegar!







Marzo – La primavera se mezclaba con el invierno que no llego a ser, y nosotros seguimos con nuestra tradición de rodar entre semana. Nosotros, platicando de todo y de nada al rodar, compartiendo las mañanas con los amigos que disfrutan las mismas locuras, las mismas brechas, el mismo gusto por hacer lo que para otros es disgusto… y en silencio, generalmente, las briosas alumínicas, leales y esforzadas, a veces olvidadas o tomadas a menos, las que nos llevan y traen, aquí tomando un descanso mientras nosotros sus jinetes ajustábamos la ruta a seguir, silenciosas ellas, esperando tomar una vez mas el camino y domar la cuesta.

Abril – ¿Y que tal esta toma? Ya entrada la primavera, con todas las criaturas en l bosque despiertas para iniciar el nuevo ciclo de vida en sus andares, regalándome esta toma cuando terminaba una rodada como otras tantas… empezó siendo un leve rumor extraño, un ulular que se acercaba y se convertía en un aplauso mate y pesado. Y luego ver que el camino se sombreaba, pero yo no veía nubes. Hasta que me di cuenta que el origen no era una cosa en particular, sino cientos y quizás miles de pájaros que en esta época coincidieron enfrente de mi… tiempo me dieron para sacar mi cámara y apuntar varias veces… y disfrutar su paso sonriendo a la vida, sonriendo a mi mundo y a mi por ser afortunado testigo de esta belleza esa mañana de abril, hasta a canción sonó.

Mayo – Una experiencia diferente, otra carrera asumida, para disfrutar de las brechas en otro ritmo, para demostrarme ante todo y creo que únicamente a mi mismo, compartiéndolo con quienes quiero. Aquí el inicio, o bueno, a unos minutos del mismo, preparándonos con ahínco para hacerlo de la mejor manera posible, no para alguien mas, simplemente para mi y mi bicicleta, solos ante la montana, solos y en compañía de una multitud de otros locos que les gusta rodar, como afición, como fuente inagotable de adrenalina, como momento de chacoteo y de independencia. Momentos previos que van adelgazando la barrera de los nervios y tensionando las miradas, todos sabemos lo que viene y aun así las cosquillas en el estomago surgen como si fuera la primera… “!!!Arrancan!!!”

Junio – Y no solo este mes rodé en la ciudad. La ciudad se rueda casi a diario, buscando la menor oportunidad para poder disfrutar de ir por las calles a mi ritmo, sin preocuparme con alcanzar la luz verde del semáforo, o preocuparme por si es la hora pico, o si un accidente va a trastocar la avenida una vez mas. Haciendo el camino y redescubriendo cada día rincones en la ciudad, haciendo de rutas viejas, trazos nuevos para que mi bicicleta y yo rodemos y pongamos nuestro granito de arena para mejorar la vida de los demás.


A rodar!

Monday, July 23, 2012

Las 3 Torres 2012



Las 3 Torres, así con “T” mayúscula, la ameritan. 22 de Julio 2012, no tengo la cifra exacta, pero más de 50 ciclistas nos dimos cita a la convocatoria de Tequila Bike para, más que ir tras de las 3 Torres, ir detrás de nuestros propios límites, tras nuestro mismo ser, nuestra voluntad, nuestra capacidad para lograr las metas trazadas. Cada quien se puso una meta, se preparó de la mejor manera para unirse a otros tantos que coincidimos este domingo muy temprano a las puertas del Bosque la Primavera. Las 6:00am y autos y ciclistas seguían llegando, se veían el pulular de las lámparas portátiles, los gritos que llamaban a la batalla, al reto… “Animo perroooos… y damas!” Y como la marea indomable, que surge primero gota a gota, así, los ciclistas nos íbamos acercando a la línea de salida y  en grupos de dos, tres, cinco, diez íbamos tomando el camino rumbo a nuestra primera meta, teniendo  a nuestras espaldas una ciudad que aún dormitaba en su lecho del valle del Atemajac. Eran las 6:08am.
Esta vez no lleve cámara, les deberé mis “graficas”, pero intentaré describir las experiencias y las “tomas” de vida que disfruté y sufrí durante esta jornada magna. Íbamos rumbo a la Torre 2, o cerro de Nejahuete, nuestro primer punto de marcaje. Subiendo a la meseta del bosque par internarnos a la zona de la Geotermia, aun oscuro y descubrí que mi lámpara ya no tenia el alcance para poder rodar a una velocidad considerable de manera segura, así que me mantuve lo mas cerca que pude a Ruben y Fernando, ya que sus lámparas si iluminaban, así íbamos hasta que no pude seguir el paso y preferí guardar mis energía para más tarde. Empecé a acompañarme de otros ciclistas y juntos nos fuimos acercando a la primera Torre. El día comenzaba a iluminarse cuando arribe a la Torre, las 7:15am. Excelente tiempo y sin mas inicie la bajada de esa Torre, que  bien sentí cuando me dí cuenta que el sol me alcanzó mucho más lejos de lo que lo había hecho en ediciones anteriores, fui bajando y me alcanzó Marcos, también de Intel bike, y luego se nos unieron algunos otros anónimos compañeros con los que bajamos a toda velocidad de nuevo hacia el camino ancho. Al llegar ahí, vimos a Rubén tomando un respiro mientras nosotros continuamos hacia el paso de Obsidianas, unos 12 kilómetros adentro en el bosque. Ahí se nos unieron algunos otros “primerizos” de la ruta, ya que no conocían el trazo. Así avanzamos a buen ritmo, hasta que los dejamos encaminados en la subida hacia Obsidianas. Conociendo el trazo, preferí bajar el ritmo y guardar fuerzas para el momento de la subida a la Torre de San Miguel, que ya se veía en lontananza, coqueteando con algunas nubes todavía. Llegué al punto donde inicia la bajada de Obsidianas siendo como las 8:20am. Una bajada de ensueño, ahí nos reagrupamos Liz, Marcos y Ruben, 25 minutos aproximadamente bajando hasta llegar al punto más bajo del recorrido, de estar rondando los 1900msnm, estábamos tocando los 1500msnm, este tramo estuvo cubierto de un regalazo, un banco de niebla ligero que nos refrescó en uno de los tramos mas arduos del trayecto. Ahí seguíamos con un compañero nuevo que siguió con nosotros un buen rato, y otro nos dejó, Rubén, que sintiéndose un poco indispuesto mejor decidió desviarse a Tala. 
Seguimos rumbo a la Torre de San Miguel, estando en esta cota de altura, la más baja de todo el bosque, cruzamos un par de apacibles arroyos, en donde aproveché para surtir agua, y no, no estaba contaminada, muestra de la pureza de nuestro bosque, sigo vivo, jeje. Seguimos rodando, empezando a sentir la constante elevación del camino, no pararía sino hasta la segunda Torre en nuestro reto. Y de lo mejor, con nubes sobre nuestras cabezas que nos dieron protección al menos hasta llegar a la Torre. Ahí era como un punto de encuentro, ciclistas que iban saliendo hacia la ultima Torre, otros que íbamos llegando, otros que ahí permanecían algo mas de rato, recuperándose de las primeras 5 horas de recorrido. Eran las 11:20am, yo llevaba poco más de 5 horas rodando. Ahí es preciso dejar la bici descansando, para subir los últimos escalones hacia la torre, anotarse en el libro de visitas (los que quisieron) y surtir un poco de agua, muy poco, porque el pobre guardabosques en guardia esta mañana veía con temor como no dejaban de subir ciclistas pidiendo agua, hasta que tuvo que decir “se acabó”, si no él se queda sin agua en la semana. 
Toco el momento de seguir, venia otro “descanso”, por ser bajada, pero no por eso un fácil tramo, considero que esa bajada de la Torre de San Miguel al camino ancho es una de las mas riesgosas en el bosque, sobre todo porque es propensa a que uno tome confianza en ella, y al menor descuido uno puede atorarse en una piedra, o tomar demasiado rápido una curva, pero afortunadamente en esta ocasión, no fue el caso, al menos los que estuvimos bajando en mi grupo, salimos avante y fuimos llegando al punto de abasto, en donde el “Nazzi” Alex, estaba a cargo de dar a los retadores un poco de apoyo en frutas, aguas, chocolates, descanso… llevábamos 62 kilómetros recorridos, nos faltaban aun 30.
Luego de reponer energías y convencer a nuestra propia mente, salimos un pequeño grupo, siendo Liz, Marcos de Intel bike y El Menguele, el Negro de Tequila bike y yo los integrantes del mismo… nuestro destino, la Torre 1, Planillas. El ultimo tramo para completar nuestro reto… cerca de las 12:30pm. Ahí fuimos tomando fuerza en un tramo algo tedioso, que es por el camino ancho, que luego se convertirá en la Av. Mariano Otero, pero antes, mucho antes es un camino que puede llegar a abrumar. Porque es una continua pendiente que nos regresa a la cota de los 2000msn, sin ser propiamente parte de la trepada a la Torre, pero esta vez, con la charla con el Menguele y el Negro fuimos avanzando sin tedio aunque si acumulando cansancio… Liz y Marcos quedaron un poco más atrás hasta que ya no los vi. Llegamos finalmente al inicio del ascenso a la Torre, no sin antes “rescatar” a un ciclista que se había perdido, Miguel, a quien sumamos a nuestro grupo y junto con otros 3 íbamos ya hacia nuestra ultima meta… aquí el cansancio me fui abrazando y en momento me coqueteaba con la idea de declinar… “ya estas aquí” “ya llegaste, anda, regresa…” “no pasa nada…” aquí me di cuenta de que el reto de las 3  Torres, puede ser mas que físico, mental. Aquí pruebas no solo músculos, no solo demuestras tu entrenamiento, te demuestras a ti mismo la entereza de tu espíritu, tu convicción por superar el ego. Porque al final no rodé las 3 Torres para demostrarle a nadie más que a mi que lo hice. Y más cuando en este último ascenso uno se va quedando solo, cada uno de los que vamos, nos separamos en la ruta, cada uno va tomando su propio ritmo, es difícil ver a dos ciclistas subiendo juntos, cerca uno del otro, pero no juntos, al menos no lo ví yo. Ahí va uno consigo mismo, iba yo convenciéndome, demostrándome con cada pedaleo que podía seguir avanzando, y de repente veía a alguno de los que ya iban de regreso, y que como un balde de agua fresca pasaban diciendo “Animo”, “ya esta”, “casi llegas!”… eso fue mas energético que un “red bull”, tomaba aire, enderezaba la espalda unos segundos y continuaba pedaleando. Fue entonces que la ví… la Torre de Planillas! A no más de 2 kilómetros, y con esas últimas fuerzas que salen de quien sabe donde, aceleré el paso, y llegué a ella siendo las 2:38 pm, 8 horas y media justas desde que habíamos iniciado… ahora ya con el sol en todo su apogeo, tocaba simplemente bajar de regreso al punto de salida, ahí me acompañé de dos compañeros de reto,  nos fuimos siguiendo a poca distancia y con la prudencia de no confiarse en la bajada.
Así, a las 3:15pm de ese domingo estaba arribando a Postes el punto de inicio y el punto final de esta aventura, denominada el reto de las 3 Torres, sin premios económicos, sin porras en la meta, únicamente algunos de los que ya habían concluido, o iban concluyendo, diciendo “Eso es todo!, felicidades!, lo hiciste” eso vale mas de lo que uno pudiera imaginar, ver en el rostro del colega la sonrisa honesta de saber lo que es llegar, el puno en alto, el saludo, el cansancio del que te empiezas a hacer consciente, todo vale la pena, vale el esfuerzo, el dolor en la espalda, los músculos entumidos, el sudor que sigue cayendo, valió la pena desmañanarse en domingo, valió la pena la tensión de los días previos, valió la pena estar ahí, demostrarme a mí mismo de lo que soy capaz, demostrar lo que me convence y poder regresar y disfrutar compartirlo con los míos, con los amigos y los conocidos, aún con quienes aunque no conozco, pudieran sentirse movidos para moverse una vez más!

Hasta la próxima!

Sunday, July 8, 2012

Encontrando el equilibrio

Que hace una mañana diferente a otra? el lado por donde uno despierta? una sonrisa? todo eso y mucho mas yo creo. Y algunas veces, la diferencia la crea uno mismo, en voluntad y conciencia por hacer un día diferente. 
Aquella mañana nos pusimos en camino rumbo a la Torre 1. A sentir nuevamente el jalón de la montaña, el arranque de energía que te reclama el gradiente, al escalar sobre tus ruedas esas curvas pedregosas luego de las primeras lluvias.
Llegando a la cima más alta de "mi comarca", nos dimos un par de minutos mi montura y yo para disminuir el pulso mientras honraba a la alumínica, jadeante también, con una foto, aquí la vemos relajándose al sol que jugueteaba con las nubes tempraneras:

Vino entonces momento de bajar, por el demandante espinazo, en el que nos dimos cuenta nuevamente de la actividad ignorante humana... No entiendo bien, pudiera ser que si, que pretenden hacer zanjas para "evitar la erosión", pero no veo la básica atención de avisar, de explicar, de argumentar las acciones por parte de los propietarios. Pero parece que mas bien es el despotricado capricho de una mente ignorante la que en afán de algo que no entiendo ahora, desbaratan la ruta, mas que buscar protegerla... porque ver una zanja lastimando las raíces de un árbol no es para mi forma de proteger contra la erosión, es una forma vil y cobarde de dañar al bosque, o si no que vengan y me expliquen!




Pero la misma naturaleza busca el equilibrio, unos metros mas "abajo" me toco ver un animal silvestre del que no pude sacar una buena foto, pero creo que fue un coatí. Mas abajo me toco ver varias ardillas que correteaban, brincaban, algunas mas bien iban solas de un árbol a otro, viendo con curiosidad a los que atravesábamos sus dominios, así pues, para mi es muestra de la resistencia que la misma naturaleza tiene a la estupidez humana ...


Y bueno, así con este par de ejemplos puedo comprobar que basta estar atentos para descubrir la magia que viene con cada día que tenemos la dicha de vivir. Ahora me toca a mi continuar el andar, no sé que nuevas sorpresas tenga por delante, aún en la rutina de cada jornada, siempre puede algo nuevo surgir en el siguiente recodo del camino, a la vuelta de la siguiente cuadra, en los siguientes minutos por llegar...