Regresa la vida al bosque

Estamos ya en la parte final de la temporada de lluvias en nuestro valle, y la vida sigue regresando al Bosque “La Primavera”, el verde se sigue abriendo paso a través de las cenizas y las piedras carbonizadas. A los pies de los troncos muertos de valientes guardianes caídos en abril, surgen retoños de ellos mismos, flanqueados por brotes de pasto, de yerba, como flamas verdes honrando la lucha y la vida de aquellos que sucumbieron a las llamas del fuego.

Ahora, en cada rincón de las rutas que cruzan el bosque, se ve el verde de la nueva vida que regresa. Es genial y me llena de esperanza ver que con todo, el bosque sigue, con optimismo genuino, sin rencores y simplemente haciendo honor a su propia naturaleza. Y en este marco, fue aun más gratificando encontrarme con tantos rostros conocidos, y uno que otro nuevo.  Salí a rodar este día, un poco mas tarde de lo acostumbrado, no iba a alcanzar a verme con los tempraneros, pero igual me convencí de salir a rodar solo pero con todos los colegas sabatinos.

Apenas llegando al área de arranque me encontré con el “cien”, compañero de trabajo y coincidimos a arrancar rumbo al 8 ½. Ya en camino, nos alcanzó el “Vic”, aunque él venia en carro, tan sólo par pasarnos y esperarnos ya arriba con su alumínica listo para rodar. Llegando al famoso 8 ½, nos encontramos con un tercero en el grupo del “cien” y el “vic”, ellos rodarían a la Torre 2. Coincidió también la llegada de “checko”, con quien compartimos unos minutos, el rodaría a Torre 3, por cornisa. Y ya apunto de seguir adelante nos encontramos al “inge Gamez”, en pocas palabras, el director del equipo de administración y protección del Bosque la Primavera. Que gusto ver al encargado del bosque compartiendo con “sus usuarios” las rutas, las brechas, porque es un hecho (o debería de serlo), que los directores de empresas, de instituciones, de dependencias de gobierno, deberían de conocer hasta la medula  lo que están liderando, lo que están administrando, y no simplemente convertirse en “directivos de pantalón largo” que están ahí por ser “amigo de alguien” por llenar un hueco, por ordeñar el presupuesto o lavar dinero…  Ver ahí al “inge” es un gusto, verlo enfundado en su traje de ciclista, en su bicicleta, disfrutando del bosque, nos da la esperanza de que el interés y la voluntad esta presta para colaborar con la propia naturaleza y no solo mantener vivo al bosque, sino fortalecerlo y verlo crecer.

Así, con el optimismo renovado, nos acompañamos unos minutos, hasta que “cheko” siguió su camino al cerro de San Miguel y luego el “cien” y el “vic” se encaminaron al cerro Nejahuete. Entonces quede de nuevo en solitario con mi propia ruta en mente, rodar la Mosca y el Garrison. 

Varias tomas están aquí, de esta ruta sabatina, veredas y senderos, en un amanecer cubierto de nubes que aun con la humedad de las lluvias nocturnas nos regalaron una rodada fresca, llenando de energía el día y de optimismo el futuro de nuestro bosque.