Saturday, May 12, 2012

A la espera del verde


Tom y Liz rodando entre arboles tiznados atravesando la Mosca
Ya casi pasa un mes desde el gran incendio en el Bosque la Primavera, la movilización de la sociedad civil fue impresionante y muy motivante, tanto así que hasta el gobierno quiso sumarse. Hasta vino el presidente y prometió millones de árboles para replantar… bueno, quiero quedarme con que fue simplemente por ser bien intencionado y no por ser ignorante de los procesos realmente necesarios para cuidar y restaurar un bosque. Fue un primer impulso y como siempre, simplemente buscando relumbrón y que saliera bien en la foto de los periódicos. Pero la realidad es otra. Señores, antes que sembrar y pretender tapar los hechos es necesario regresar a las causas, tanto para sancionar a los causantes, los que realmente prendieron el fuego sin estar ahí, no la señora a la que quisieron presentar como asesina ambiental, sino los que quieren ganar destruyendo la tierra. Y es que antes de mandar plantar árboles, hay que plantar vigilancia que evite que las avariciosas inmobiliarias quieran, ahora si “hacer leña del árbol caído”. Hay que desplantar las casas irregulares y mover a la gente a zonas en que si tengan servicios, y puedan tener acceso a la educación que tanto hace falta. Por qué no vender dos o tres casitas de la sra. Elba Esther? Con ese dinero fácilmente se puede armar un fraccionamiento para re-ubicar a un buen número de los irregulares que por ignorancia y abuso de otros vivales (como ella), los hacen asentarse en donde no deben.

Hace unas semanas el bosque sufrió, pero a su auxilio vino la ciudad, creo que el inconsciente colectivo acaba de descubrir que sin el bosque, la ciudad morirá. Voy a poner otras fotos que tome el fin de semana pasado, no para estar tristes o enojarnos por la impotencia que todos sentimos al ver como se elevaban las columnas de humo durante días. Son fotos que nos hagan no olvidar que si bien, la regamos, también la podemos componer, solo es necesario no dejar de estar al pendiente, no permitir que ante este hecho, los vivales quieran aprovechar y construir casas donde antes hubo arboles. Es momento de devolver al bosque sus terrenos, no a los ejidos, no a particulares que solo esperan que nos volteemos para derribar el bosque y poner una calle de chapopote.

El domingo rodamos Tom, Liz y yo la Mosca y el Garrison, esa tradicional ruta que esta ahí desde hace unos 20 años, creo que la primera real ruta de montaña en el bosque la Primavera, y es impactante como el fuego la barrió. Ahora se ve ennegrecida, y la primera impresión es de tristeza… pero no hemos de quedarnos ahí, porque en otras pocas semanas espero que aun con el golpe al poder de atracción de nubes, el bosque reciba unas merecidas lluvias, y ya veremos el agradecimiento del bosque a los miles que fuimos a su socorro, el verde regresara, las hojas renacerán, las cenizas serán el lecho para los tanto arboles que no lograron salvarse pero a la vez serán la tierra fértil de una nueva generación de arboles aun mas fuertes y resistentes, como esta nueva generación de ciudadanos, de tapatíos que empiezan a emerger del letargo de la apatía y buscan ahora la manera de mejor apoyar la creación de una nueva sociedad, mas humana, mas cercana a si misma y a la naturaleza de la que dependemos si queremos perdurar.



El inicio del Garrison, la huella del fuego en la señalética

Una de las clasicas bajadas del Garrison,
ahora una escena triste
que hemos de transformar en esperanza
Llegando a la Glorieta, una de las zonas mas afectadas,
seguramente una de las que mas reverdecerán en unas semanas :o)

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