Tapalpa es un pueblo mágico, pero su magia no se limita a las paredes de adobe de sus casas y las callejuelas empedradas que fuerzan a los citadinos a dejar sus prisas y paladear el aire fresco de la montaña.
Quienes vivimos por acá, tenemos la oportunidad de gozar no solo de Tapalpa sino de varios otros pueblos y rincones a menos de 30 kilómetros a la redonda del pueblo mágico. Como esta toma, de la parte final de la bajada a Juanacatlán, una trepidante descolgada desde los 2,877 msnm a los 2,520 msnm en menos de 4 kilómetros de recorrido, una inyección de adrenalina para tomar fuerza en el regreso a Atemajac de Brizuela. Fijándose pueden ver a dos compañeros que iban delante de la cámara…
En esta toma, podemos ver a Fer a la cabeza, seguido por Rober (escondiéndose detrás de un árbol) y Tom tomando vuelo justo al inicio de la “bajada a Juanacatlán” … Ya van dejando el polvo, para que los íbamos más atrás lo recolectáramos en nuestros jerseys, la piel, los lentes y el casco… pero ah! El gusto por rodar entre estos majestuosos árboles, descubriendo en segundos un valle que se habría allá abajo para recibirnos, era una delicia que solo se interrumpía con el agarrón al manubrio para poder evitar salir del camino.
Aquí ya reagrupados (a excepción de Pepe, Victor y Alex, que cada quien escribía su propia historia), tomando un trecho de 300 metros de carretera despidiéndonos de Juanacatlán para enfilar rumbo a Ferrería de Tula, otro bello y escondido pueblo de esta sierra, al que llegaríamos luego de atravesar varios kilómetros mas de arboledas salpicadas por sembradíos y pastizales terregosos y polvorientos…
Ya casi, ya casi… a menos de 5 kilómetros de nuestra meta, rodando en esta mágica combinación del candente sol invernal y el fresco aire polar que llegaba a hasta este rincón de nuestra tierra, haciéndonos transpirar en frio, y alejar el frío de nuestra piel con tan solo una asomada del sol, ya íbamos sintiendo que estábamos cerca de nuestra meta de este día, luego de 40 kilómetros rodando, subiendo, bajando, disfrutando y claro que si… jalando aire para lograr impulsar el pedal y llevarnos nuevamente un poco más allá de donde nunca antes habíamos llegado, así terminábamos esta rodada, esta prueba personal, este reencuentro con nosotros y con los que esa mañana se animaron a rodar!
Ro
Abajo, la imagen tomada de Google Earth con altimetría... Iniciamos y terminamos en Atemajac de Brizuela, arrancando hacia la derecha de la imagen...
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