Hola,
¿Se acuerdan de mi? pues aquí sigo. Hace casi 2
meses que compartí por aquí mis andanzas y ¿saben? Se extraña esto de escribir.
Causas de fuerza mayor dirían y con mucha razón. Varias veces he querido venir aquí,
a este rincón en el que mi espíritu reposa y se nutre de energía, para redactar
este post pero siempre regresaba con las manos vacías. Con aquellos con los que
convivo mas he podido compartir de primera mano las experiencias que en parte,
me apartaron del blog durante estas semanas.
En pocas palabras, y tratando de ser lo mas
sencillo y directo, sucedió que mi hijo estuvo mal de salud, lo que obligo a
que estuviera en el hospital casi todo el mes de abril. Una situación tensa que
no le recomiendo a nadie, creo que ni a mis potenciales enemigos. A esto se
sumaron varios factores de mi propia vida que no tiene caso mencionar aquí. Lo
mas valioso es que ahora mi hijo esta ya fuera del hospital desde hace unas
tres semanas, y aunque aun no puede volver a la escuela ni convivir en un
entorno “publico”, esta en casa de su mama y recuperando fuerza y salud.
Muchas palabras de ánimo llegaron de muchos
lados, todos para mi hijo y a la vez me dieron ánimos a mí. Cuán afortunado soy
de tener a mi amore, mi Sensei Sofi, aquí durante todos estos días. Serena y
firme como esos faros en medio de los mares embravecidos, entiendo la confianza
ciega de aquellos marineros que se sabían a salvo mientras tenían a la vista
esos silenciosos luceros en noches agitadas.
Ahora que mi hijo va recuperándose, yo voy
tomando estos minutos para regresar a mi “estación de servicio” y poder darme
para recibirme a la vez, para mostrar algo de lo que soy y así también conocerme
un poco más.
Amigos, no he dejado de rodar, eso es algo que
descubro ahora. Rodar, amigas y amigos todos, si puede ser un estilo de vida.
Ro
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