- reseñando la Perrona 2013 -
Y continuamos…
para generar sinergia con el 2013, estuvo perfecto que hubiera caído en
13 de enero el rodar estar ruta… Íbamos un buen numero de ciclistas: Rommel,
Marcos, Roberto B., Pepe (con la consigna de no perderse), Betsy, Charly, Liz,
Ro, los nuevos de la jornada: Griselda y Samuel y los que iban llegando ese
mismo domingo, Roberto de Alba, Víctor Ivan y varios colegas de Tequila Bike
como el Abogangster, el Pirru y el Sabas que llevaba a su propio clan para
bautizarlos con el fuego de esta hermosa, pero demandante rodada…
Conforme vamos pedaleando, sorteando las colinas que
nos elevan sobre pequeños valles, la sierra nos va regalando paisajes sin
igual. Y en esta ocasión, Eolo nos estuvo acompañando. Fue jugando al pintor
caprichoso coloreando el cielo sobre nuestras cabezas con jirones y nos
brindaba un fresco frío que al menos a mi me exhorto a irme a “Sub”, con mi pasamontañas
armado con mi buff… rodando sobre esta tierra generosa y extasiado con las
vistas. Y aderezando los momentos con las pláticas, con mi sarta de anécdotas y
consejos que a veces, sin que sean pedidos, yo comparto, jeje.
En fin, fuimos al mirador, un rincón gratuito (y
espero que así siga) para aquellos que nos esforzamos por buscar estos rincones
mágicos de nuestro planeta y luego de disfrutar de sus vistas, de la platica y
el típico mini-desayuno, partimos de regreso, ahora hacia el rancho de san
Francisco, para luego trepar a la piedra balanceada y luego disfrutar el
inigualable single-trak que nos llevo a Juanacatlán, cuyo nombre habría de
significar, lugar del viento frío en la planicie…
Ya de este punto, nos sumergimos de nuevo en los
bosques de la sierra para llegar al pequeño, pero entrañable pueblo de Ferrerías
de Tula y su fotogénica presita. Luego de aquí, apuntamos nuestras rilas hacia
la meta, nuevamente el pueblo de Atemajac de Brizuela… sorteando los últimos columpios,
que tanto trabajo le costaron a unos, y cruzando el arroyo, que invito a una
parada no programada al buen Vic, que pasando lo difícil, tuvo que pagar el
costo del “desengrape tardío” y visito la pedregosa superficie a orillas del
arroyo, sin consecuencias afortunadamente… pero con una lección mas de como
desengraparse, ¿no es así Vic?
Al final, todos llegamos, Pepe no se perdió!, los
nuevos ya no son tan novatos luego de haber rodado esta ruta, y este veterano,
se volvió a sentir como cuando empezaba a rodar, agradecido con la vida por
esta oportunidad, con el planeta por regalarnos aun toda esta belleza, con los
amigos y colegas que le dan este gran sabor a rodar y rodar disfrutando la ruta
y a los míos que se quedaron en casa esperándome, para poder compartir con
ellos lo bello que es esto de la bici en la montaña.
Nos vemos en la próxima... Ro |
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