Después de algunos días, tuve la
oportunidad de adquirir nuevamente una bicicleta. Estamos conociéndonos mi bici
y yo como dirían por ahí…
Y haciendo caso a mi hermosa mujer, el
tono de este post va mas por el lado de “Hello boys!, I’m baaaack!!!!
No se mucho tiempo pero si se marco un
hito en mi experiencia biclcleteril (je,je, estoy de estirar al español e
inventar palabras es divertido…)
Fue un periodo en el que busque nuevo vehículo, se cerró
un círculo durante el cual realmente me inicie en esto de las rodadas. Ahora
tengo algo más de conocimiento de la causa. Ya no es una moda, creo que nunca
lo fue para mí. La consciencia de los beneficios siempre ha estado ahí, pero el
gusto por buscar mi nueva alumínica, la emoción de cuando niño (que no infantil)
al estar viendo y preguntando sobre si la suspensión, que los frenos, que el
grupo incluido en la bici, que si es rígida o con doble suspensión, que si
frenos “V-Brake” o de disco.
He de aceptarlo, fue sentir esa sensación de cuando
niño y se acercaba la navidad. Y me quedo pensando, porque perdemos esa
capacidad de disfrutar cada pequeño detalle ya no en la vida, sino a cada día.
Por eso hoy que ya vuelvo a rodar, que ya culebreo en
las calles de la ciudad y veo la genuina felicidad de los que me rodean al
decirme “que chido que ya tienes bici” o escuchar a mi hijo decir “¡papi
felicidades por tu nueva bici!”, simplemente me queda disfrutar estas lagrimas
de emoción que tímidamente se asoman en mis ojos mientras escribo esto. Volteo
y me veo en este mundo, en este momento, y ya no solo disfruto la espera de
volver a rodar en la brecha, disfruto el ahora que de lo malo pude, junto con
todos, generar algo bueno, algo muy bueno….
Ah, les presento a “Green”:
¡I’m baaaaaaack!
Que chido!
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