Un cuarteto de esos de cuatro, nos lanzamos a la aventura de recorrer unos 25 kilómetros entre los pueblos de Atemajac de Brizuela y Tapalpa, una mañana sabatina, no hace muchas semanas. Aquí a la izquierda, preparándonos con un exquisito "pajarete", leche directa de la fabrica con un toque de alcohol (Seguro Pasteur de ahí se inspiro para sus procesos......) para tomar "juerzas"!
Es un placer rodar por esta tierra bendecida por la tierra y tan maltratada por los hombres. Pero la naturaleza es fuerte y tolerante y nos regalo pinceladas de color, de frescura.
Son sólo algunos kilómetros, pero que en la montaña se convierten en distancias que separan tanto, que llenan nuestra memoria de inmensas cantidades de información. Rincones que esconden el paso de un arroyo, o una empinada cresta que no se ve hasta que ya estas en medio de ella y de la que no hay de otra que subirla, treparla y gozarla una vez que ha sido superada.
Así fuimos acercándonos a Tapalpa y casi sin darnos cuenta estábamos ya rodando por el valle de las Piedrotas, tuvimos la dicha de disfrutar de vistas de esas que no salen en las fotos o los posters para turistas, pudimos ver el valle desde los ojos de sus propios habitantes, compartir por unos minutos la sensación de estar descubriendo un nuevo paraje y de sabernos depositarios del regalo de rodar por una de las mas bellas estampas de México, y que esta a no mas de 2 horas de la ciudad.
Ro
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