Ha sido un buen año, un gran año…
Se cierra el capitulo y hemos de dar vuelta a la pagina.
Las remembranzas iniciaran con lo primera madrugada de 2013 seguramente. Las alegrías
y tristezas, los logros y los descalabros, las experiencias ahí están; ahí se
quedan. Son ya pasado, que no puede ser bueno o malo, el pasado es,
simplemente. El aprendizaje es el que nos sigue y se dejara ver en las acciones
que a partir de hoy empecemos a vivir.
Ya muchos hemos publicado los resúmenes de nuestras
rodadas, las clásicas “top-ten” y todo eso, por eso ya no quise hoy saturar el
ciber-espacio con más “compendios” o “sumarios” de lo rodado o lo no rodado.
Eso ya lo hemos estado compartiendo en el ínterin, y con mucho gusto podemos
volver a revivirlo con solo unos clics en el navegador o un poco de esfuerzo
neuronal en nuestros cerebros. Hoy me queda haber disfrutado una rodada en el último
día calendario de 2012.
Una rodada repasando un camino conocido con amigos, en
momentos platicando, en otros resoplando, en otros simplemente disfrutando del
paisaje o quitándonos el sudor de los ojos o el polvo de la cara. Y entre todo
el esfuerzo, entre pedaleada y pedaleada, compartiendo un grato momento de
rodar en la montaña. Yendo hacia arriba, yendo hacia abajo, trastabillando en
la zanja o resbalando sobre la pomácea arena de nuestro bosque.
Y luego de rodar, a unos minutos únicamente, un gran
regalo, al menos para mí… un día de cabañuelas, un día de esta lluvia pertinaz
cubriendo con su manto de frescura esta ciudad que a veces no atina a disfrutar
el momento y su lugar. Pero bueno, para mi fue un gran regalo de fin de año…
como un agradecimiento del mismo 2012 a que lo hayamos dejado terminar… y así,
como la filosofía misma de la vida, cuando vuelva a salir el sol por nuestro
oriente, saludemos al 2013 y simplemente volvamos a empezar, volvamos a intentar
disfrutar en lo cotidiano, en lo mundano y como no, rodando un nuevo año hacia
el horizonte y mas allá…. (Oh buzz light year!, filosofo de juguetería)